Y no dejo una nota

Aun había mucho por escribir, entre gritos y versos y mentiras y sueños, aun había pendejada y media que contar, la verdad es que su cuaderno nunca se jacto de ser muy sustancial, pero nunca le falto de que hablar; un día se fue y no dejo una nota, supe que era el final sin reservas ni dudas, se volvió letras en el viento, en la sopa...como extrañaba sus vagos versos y triviales poemas que se fundían entre nuestras vidas; nunca volvió, ni el, ni el cartero, pues en pleno siglo XXI el cabrón mandaba cartas como haciendo suyo el correo, ahora cada vez que recibo correspondencia, sea una deuda o una tarjeta de banco, pienso en el, en  el escritorcillo y su pluma corriente, en su cuadernillo de notas y hojas despastadas que llevaba a todos lados, la verdad es que el tenía tinta en el corazón pero era soluble en agua y yo tan chillona y melancólica terminaba por aguarle los sentimientos, quisiera cortarme las letras, no tener que volver a leer para no acordarme de el...

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