Sin temor




Corrió y corrió por el bosque,
las ramas le amorataban los brazos,
el lodo le subía por las piernas,
piedad imploraba de pronto,
y vio su dignidad arrebatada.

Los lobos le arrancaron el vestido,
los cuervos le cegaron esa noche,
el veneno se metía en su alma,
los gusanos se comieron sus entrañas,
y esa misma noche le cambio el destino.

Un día se levanto de una caída,
de un pozo al que cayó sin darse cuenta,
aunque pudo recuperar sus cinco sentidos,
no pudo quitar las cicatrices,
ni las manchas del vestido.

Corrió y corrió por otros caminos,
trato de cambiar su destino,
no pudo olvidar esa noche en una vida,
las sombras por las noches le seguían,
y volvió a hundirse en arenas movedizas.

Trato de levantarse una vez más,
le juzgaron sin piedad y sin perdón,
hubo un día y mil noches de terror,
pero no hubo salvación,
nunca la oscuridad le dejó.

Probó el perdón de muchas formas,
ya entrada en el bosque y sin temor,
cuando no había ya nada que perder,
las arrugas cubrieron sus cicatrices,
y corto el árbol del que tanta leña salió.

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