Seguimos siendo los mismos
Y para ser sincera ya no hay nada que decir, pero confieso que muchas veces he olvidado lo que pensaba e incluso aquello por lo que mataba; nos gusta decir que seguimos siendo los mismos de ayer, pelear por nuestras ideas como si no hubiera mañana o no fuera a haber un futuro muy lejano; para ser sincera, no hay nada que ganar; no contra una memoria que inevitablemente perderá detalles, no hay batalla que ganar contra un cuerpo que inevitablemente se deteriorara, ni contra una personalidad que en lo personal apenas y sabe lo que quiere desayunar hoy; quizás incluso decir que ya no hay nada que decir es una estupidez, tal vez mañana todo esto me parezca interesante y a fin de cuentas no seremos los mismos y no habrá nada que perder
