Y ahí esta su amor en pausa, sin poder consumarse, sin poder continuarse, porque les faltan ganas, les faltan armas; se hundieron en lo que llamaras rutina y ellos llaman indiferencia, repitiendo el patrón de los padres, de las parejas que antes de todo llegan a nada; pero ahí están juntos sabiendo que ya no existe nada, pero haciendo parecer que no hace falta todo, que pueden detenerse en el tiempo sin romper el reloj, sin romper la relación, que pueden perder su tiempo hasta que ya no quiera uno de los dos.
