El chanate

Al chante le tenía envidia cuando encontraba su desayuno tirado, cuando siempre tenía compañía, cuando la pasaba caminando todo el día, cuando se dedicaba a vagar; pero no era vida en realidad,  no para el chanate, que en su mundo de  chanates sólo sobevivia con lo que encontraba cada día, toda esa compañía le quitaba compañía y entre tanto caminar solo se encontraba a la defensiva; al chanate le tenía envidia y hasta lo tache de flojo y conformista, pero quien soy yo, yo no lo conocía

Entradas populares de este blog

Te daré unfollow

Hazte responsable