El definitivamente no es el mismo

El siempre miraba muy fijamente, el te enajenaba, te volvía loca, a todo el que miraba le robaba el alma, eran sus ojos brillantes, brillantes y dorados, o tal vez era su forma, esos ojos entre perfectos y redondos, que mas que grandes eran del tamaño idóneo para el resto de su cuerpo, esos ojos que hoy dan miedo por las órbitas rojas que los enmarcan, por la pupilas dilatadas que casi se desbordan del iris, el ya no te mira como antes, no puede mantenerte la mirada, el anda perdido por el mundo, mirando a todos y a ningún lado, el definitivamente no es el mismo, pero aun busco en sus ojos el alma que me robo.

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