¿Por qué no?

Si ya sobran las palabras ¿por qué no llegar al precipicio?,

lancémonos desde arriba y sintamos la libre caída.

Si ya falta la esperanza ¿por qué seguir con las miradas?,

 hagamos algo que nos cierre los ojos y no nos haga nada.

Si ya me juzgaste ¿Por qué tendría otra oportunidad que darte?,

vamos a pagar la penitencia, que tal si yo me muero y pago el adeudo.

Vamos acabar con todo, como tú quieras yo no me opongo,

solo pido que sea pronto porque ya no puedo más

y terminaremos con todo sin saber que sucedió.

Si ya todo paso no me importa, ya el destino que más da si todo acaba, hoy, te presento…

Otra situación suicida en la que no funcionaron las pastillas.